El equilibrio es esencial en el diseño. El centro de gravedad es el concepto básico. Ello implica un eje o punto central alrededor del cual las fuerzas opuestas están en equilibrio. Hay equilibrio axial, equilibrio radial y equilibrio oculto. Nuestros diseños deben estar siempre en equilibrio, pero también pueden tener movimiento. El movimiento implica cambio y por eso es atractivo, anima a los seres humanos, ayuda a evitar la monotonía. Algo en movimiento no tiene por qué perder el equilibrio.
El equilibrio es una compensación visual entre las diferentes partes del diseño. Puede ser axial u oculto. Normalmente pensamos en equilibrio de masas, pero en el diseño existe un equilibrio visual.
El equilibrio axial controla las atracciones opuestas por medio de un eje central explícito, vertical, horizontal o ambos. Por ejemplo, en la Catedral de Brasilia diseñada por Oscar Niemeyer en el Brasil claramente podemos ver que existe un eje central vertical alrededor del cual se levanta la estructura. (Ver figura 28).
La simetría es una distribución armónica y equilibrada de fases y espacios alrededor de una línea, como se aprecia en la Catedral de San Marcos en Venecia, Italia.
El equilibrio axial se divide en:
- Equilibrio en simetría, como en el Taj Mahal de la India.
- Equilibrio de formas simétricas y color asimétrico o viceversa, como en la Casa Robie de Frank Lloyd Wright, en Chicago.
- Simetría aproximada; cuando los dos lados son diferentes en su forma, pero a pesar de ello bastante similares como para que el eje pueda sentirse positivamente. Por ejemplo, en la Capilla de Nuestra Señora de las Alturas en Ronchamp, Francia, diseñada por Le Corbusier.
- Equilibrio axial radial, donde el control de las atracciones opuestas se da por la rotación alrededor de un eje central, como en la Catedral de Brasilia de Oscar Niemeyer.
- Equilibrio oculto o asimétrico, cuando no se utilizan ejes explícitos ni puntos centrales, sin embargo, se presenta un centro de gravedad o de compensación entre los elementos opuestos que lo prefiguran; apunta hacia una línea o un plano o un volumen de referencia que puede vincularse con los demás elementos de la composición. No hay reglas para el equilibrio asimétrico u oculto. Este depende mucho de la sensibilidad del diseñador y de los valores de atracción que ejerce cada forma; es el más difícil de los equilibrios y posee una escala infinita de variedades y expresiones. Se puede hacer con él todo lo que la imaginación y la sensibilidad sugieren. Este equilibrio se puede apreciar en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Generalmente, los seres humanos, debido a la manera en que vivimos y nos movemos, consideramos a los elementos horizontales como estáticos y a los verticales como dinámicos ya que, aunque los elementos verticales sean estables, dan la sensación de movimiento. Esto es porque si estamos de pie, estamos manteniendo el equilibrio, estamos en posición vertical. Si perdemos el equilibrio, nos caemos. Al caer, pasamos de la posición vertical a la horizontal, pero entre éstas hemos pasado por una posición diagonal. Según esta lógica, las diagonales indican mucho movimiento, una movilidad mayor que las verticales porque dan la idea de algo que se está cayendo o moviendo, como en el Kindergarten de Günter Behnisch en Stuttgard.
El hombre, creativo e inteligente, construye sus edificios no solo para satisfacer sus necesidades, sino también porque busca el equilibrio visual, es decir, la armonía representada por algo que halaga su percepción sensorial. Si la estructura juega un papel importante en la construcción, la reproducción de las formas de trazado geométrico de la naturaleza, aparece en gran escala de las antiguas civilizaciones. Uno puede pensar en las pirámides de Egipto (2500 a. ) o las de México y Guatemala (700 a. C. – 1500 d. C.), que dan una idea de la búsqueda del equilibrio a través de la simetría.
A escala humana, otros elementos simétricos están presentes en las primeras civilizaciones, como el arco, utilizado en la arquitectura de Mesopotamia (6000 a. C.) . La búsqueda del equilibrio ha dado lugar a varios métodos sobre la proporción de formas, la proporción dorada y el color.
La proporción áurea es un primer factor de equilibrio. Este factor numérico 1.618 fue definido por Euclides (300-265 a. C.) e inspiró la espiral dorada . En 1498, Luca Pacioli continuó estudiando el oro y establece un acercamiento con las proporciones del cuerpo humano en el De La divina proporción», ilustrado por Leonardo da Vinci, con su famoso dibujo hombre de Vitruvio. De De esta época, el cuerpo humano es el punto de partida para determinar las proporciones en la arquitectura.
En 1950, el arquitecto franco-suizo Charles-Edouard Janneret-Gris (conocido como Le Corbusier) creó una carta sobre el dimensionamiento de las construcciones basadas en las proporciones del cuerpo humano y la proporción áurea para encontrar medidas comunes al sistema anglo -sajón y al sistema métrico. «El modulor es una herramienta de medición derivada de la estatura humana y las matemáticas. Un brazo humano elevado proporciona los puntos determinantes de la ocupación del espacio: el pie, el plexo solar, la cabeza, las puntas de los dedos con el brazo levantado, tres intervalos que generan una serie de secciones doradas. Por otro lado, las matemáticas ofrecen la variación más simple como el valor más fuerte: el simple, el doble, las dos secciones doradas «. El modulor todavía lo utilizan los arquitectos del taller de Le Corbusier.
El color es otro factor de equilibrio en la arquitectura. Varios autores han tratado de definir los parámetros para lograr la armonía entre los diferentes colores. Ostwald , por ejemplo, argumentó que el grado de saturación del color debería ser el mismo, es decir, la proporción del color blanco y el color negro en comparación con otros colores . Por el contrario, Arnheim define la armonía del color como una composición de colores donde todo se ajusta a todo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la armonía entre los colores también está vinculada a la forma coloreada, y este otro factor puede influir de manera determinante en la idea de.
Sin embargo, el equilibrio de las formas es muy subjetivo, y más allá de la simetría y la escala humana hay otros factores que intervienen, como el medio ambiente y la cultura. El entorno determina los materiales utilizados: piedra y madera en Europa, ladrillos en América Latina o madera en los Estados Unidos y Canadá, por ejemplo. El equilibrio en la arquitectura es, por lo tanto, el resultado de la creatividad del arquitecto para crear espacios adaptados a la escala humana, a partir de formas, colores y materiales en una composición arquitectónica armoniosa.
Y que tipo de equilibrio tendría el Coliseo de Roma