Orden jónico

17/12/2019 · Actualizado: 08/04/2020

orden jónico

Aunque generalmente se estudie después del dórico, no por ello debe considerarse el orden jónico como posterior. En realidad, el desarrollo de ambos órdenes fue en paralelo, aunque existen notables diferencias entre ellos. En primer lugar, las columnas del orden jónico descansan sobre basas levantadas sobre plintos cuadrados.

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orden jónico

Esas molduras consisten, por lo general, en una combinación de toros, escocia y filetes, a menudo a pares. Los alzados frontal y lateral del capitel son diferentes, y está concebido para ser visto principalmente desde delante y desde detrás. Comienza con una moldura con la parte superior plana, con un perfil similar al del equino dórico, pero por lo general está esculpida con ovas y dardos. Sobre ella descansa el elemento más característico del orden dórico, la voluta, con sus extremos arrollados en espiral a ambos lados del fuste, terminando en un ojo (oculus).

El entablamento suele consistir en una triple imposta, a modo de tres bandas horizontales de altura desigual, cada una de las cuales sobresale ligeramente respecto a la inmediata inferior. Sobre ésta discurre una banda decorada con ovas y dardos sobre la que hay una franja de dentículos y, sobre éstos, una cornisa saliente decorada con motivos vegetales y pequeñas cabezas de león. El capitel jónico tomó forma durante el siglo vii a.C. A diferencia del dórico, el orden jónico no tiene su origen en un sistema estructural, sino, tal vez, en tocados simbólicos o postes con hojas enfardadas a su alrededor marcando áreas sagradas. Un ejemplo primitivo de ello fue descubierto en un lugar arqueológico situado 35 kilómetros al sur de Troya.

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Capitel jónico de un templo en Neandris
Capitel jónico de un templo en Neandris

El capitel orden jónico consistía en dos grandes espirales que brotaban hacia arriba y hacia fuera del fuste, como si el extremo de una vara flexible se hendiera en dos mitades y cada una de ellas se inclinara hacia fuera, formando una espiral. El espacio entre ambas espirales estaba decorado con un motivo en forma de abanico. También se encontraron capiteles similares en la isla de Lesbos.

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Con el desarrollo del estilo, las volutas fueron adquiriendo más cuerpo hasta llegar a formar un auténtico capitel, articulado como un cojín apoyado sobre el fuste. Para construir las volutas, los artesanos idearon un sistema de agujeros reticulados en los que se insertaban unas espigas alrededor de las cuales se enrollaba un cordel; y entonces, con un punzón en el extremo, se iba desenrollando el cordel y marcando la curva. En esencia, la espiral se construía como una serie de cuartos de círculo y semicírculos interconectados. Uno de los templos jónicos más elegantes es, indudablemente, el pequeño templo de Atenea Niké (425 a.C.) en la Acrópolis de Atenas.

Orden jónico: templo de Atenea Políada en Priene
Orden jónico: templo de Atenea Políada en Priene

Aunque con casi toda seguridad en el orden dórico intervinieron los sistemas proporcionales, la formalización del sistema empezó con el jónico. Piteo, el arquitecto del templo de Atenea Políade de Priene (334 a.C.; un ejemplo del estilo jónico más clásico), escribió un libro donde explicaba las proporciones de este templo. Las proporciones mayores fueron calculadas según una relación 1:2.

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Las dimensiones exteriores del estilóbato eran 19,5 × 37,2 metros para una relación de 11:21.  El intercolumnio entre ejes de columnas era el doble del ancho de los plintos cuadrados. El anta del porche y el opistodomo (epinaos) estaban alineados con las penúltimas columnas de los lados extremos y laterales, y encerraban un rectángulo de 12 × 30 metros con una relación 1:2:5. Había pasado la época en la que los arquitectos manipulaban la forma para ajustar las deformaciones ópticas, reemplazándolas por la precisión geométrica.

El orden jónico fue codificado aún más hacia el año 150 a.C. por el arquitecto Hermógenes de Priene, quien calculó una serie de proporciones ideales que influirían en los escritos de Vitruvio un siglo después. Según este sistema, la altura de la columna variaba inversamente al intercolumnio entre ejes de las columnas, de modo que la suma de intercolumnios y altura era siempre 12,5 diámetros de columna.

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