Hasta finales del siglo XX, el crecimiento urbano se medía por el tamaño de sus superficies o el número de habitantes que residían en sus límites. Sin embargo, este concepto ha comenzado a cambiar y en la actualidad se mide el crecimiento urbano en términos de calidad de vida.
Las ciudades sobrepobladas, hostiles y deficientes en materia de generación y uso de los recursos, son hoy el gran reto a vencer por parte de los urbanistas y gobiernos. La ONU ha catalogado al crecimiento urbano sostenible como uno de los retos del milenio, en un concepto que engloba factores cualitativos y cuantitativos.
Edificaciones eficientes, reducir la densidad poblacional, reducir las emisiones de gases y en definitiva, hacer la vida más agradable para los habitantes es un gran reto.
El crecimiento urbano, ha hecho ciudades grandes pero hostiles contra sus propios habitantes. Largos atascos de tráfico, niveles de contaminación que enferman a las personas y con unos niveles de consumo fuera de lo económicamente sostenible. Además de industrias localizadas en los cascos urbanos y edificaciones “chatarra” solo son algunos de los elementos que afectan el crecimiento urbano en la nueva concepción social.
Veamos los elementos que componen al crecimiento urbano, lo que consideramos como sostenible y los retos más importantes de la arquitectura y urbanismo moderna.
¿Qué es el crecimiento urbano?
Conocemos como crecimiento urbano al aumento de población e infraestructuras de los centros urbanos o las ciudades con una expansión continua y progresivas. Dentro del ritmo de crecimiento de la población urbana intervienen una serie de elementos como el aumento natural de la población urbana, migración de personas y reclasificación de áreas rurales en áreas urbanas.
Pero además el crecimiento urbano, va de la mano con el desarrollo económico. Nuevas fuentes de trabajo promueven un crecimiento urbano y viceversa, es decir, el crecimiento de la población promueve el desarrollo económico.
El crecimiento urbano es un tema de estudio para múltiples organismos internacionales, gobiernos y asociaciones privadas por ser un fenómeno que preocupa a la población.
Este estudio multidisciplinario requiere de políticas públicas y acciones de los privados destinadas para asegurar la calidad de vida de los habitantes.
El crecimiento urbano es un fenómeno sumamente complejo y con soluciones no tan fáciles de coincidir. Dentro de ellos, el aumento del valor del suelo urbano, es uno de los elementos más importantes a resolver.
Muchos analistas coinciden que la distorsión en los precios de las viviendas y la falta de acceso a viviendas dignas, se presenta como el foco de problemas sociales.
La falta de vivienda conlleva a una mayor concentración de los cinturones de pobreza de todas las urbes del mundo. En este sentido, esto degenera en pobreza, delincuencia, desequilibrios y trastornos sociales que forman un círculo vicioso difícil de romper.
El suelo: El mayor reto del crecimiento urbano
La ciudad moderna depende del escaso suelo en el que se desenvuelve, algunas ciudades han llegado al máximo de crecimiento permitido geográficamente. Ciudades costeras, en valles, limitadas por accidentes geográficos o en proximidades a otras ciudades, tienen su crecimiento limitado.
De los recursos naturales que existen sobre la tierra, el suelo es uno de los más significativos. Este se constituye como un factor indispensable del patrimonio natural y el crecimiento social.
El suelo obedece a una relación económica de oferta y demanda que en las ciudades se hace aún más latente. En ciudades como Nueva York o Tokio, un metro de tierra puede costar lo mismo que cientos de metros en el campo.
Los mercados inmobiliarios se han constituido como uno de los mercados más volátiles, especulativos y distorsionados del mundo. En una misma calle pueden haber dos metros de tierra idénticos pero con valores diametralmente opuestos. Estar en una quinta o una vigésima planta, tener vista a la calle o en el lado soleado de la calle puede determinar que un mismo inmueble cueste dos o tres veces más.
En otro sentido, los gobiernos han hecho políticas muy restrictivas para regular las distorsiones del mercado y estandarizar aún más este recurso. La estratificación en parcelas urbanas y la zonificación permiten dar un poco de sentido al crecimiento urbano.
El crecimiento de las ciudades puede estar limitado por estas zonificaciones municipales o nacionales, lo que establece patrones de crecimiento ordenado.
La aptitud natural del suelo se puede modificar por acciones sociales y políticas mediante cambio de uso y en este proceso se hace la conversión de las tierras de uso natural o de conservación a otros usos.
Esto interviene en el crecimiento de la ciudad, aunque en detrimento de zonas agrícolas, rurales o de uso recreacional.
Efectos del crecimiento urbano en el medio ambiente
El crecimiento urbano afecta el entorno rural en que se desenvuelven las ciudades afectando la naturaleza y el medio ambiente. La ciudad afecta al medio ambiente en dos sentidos:
- Mediante la degradación por contaminación de los espacios naturales.
- Por desplazamiento e invasión de los espacios naturales que producen cambios irreversibles en el medio ambiente.
Algunos de estos cambios destruyen zonas y bio-sistemas completos en favor del crecimiento urbano. El proceso de conversión de las tierras de uso agrícola a usos residenciales o industriales se acelera en aquellas zonas de expansión horizontal principalmente en la periferia de las ciudades.
El alto valor del suelo en el casco urbano hace que la población deba mudarse hacia las afueras o periferias de la ciudad. En este sentido, el suelo y los demás recursos naturales se intercambian como mercancías que se permiten ocupar y negociar por las leyes del mercado. Siendo los territorios más excéntricos más económicos, el crecimiento urbano se impulsa hacia las afueras de la ciudad.
El valor del suelo se incrementa hacia el interior de las ciudades, lo que empuja a las personas a ocupar cada vez más espacios naturales. Esta migración deteriora considerablemente la cantidad y calidad del medio ambiente generando un grave problema.
A su vez, se genera un círculo vicioso en el que los recursos escasos se vuelven cada vez más caros y los terrenos que son accesibles hoy no lo serán mañana. Entonces, los nuevos pobladores extienden el círculo de crecimiento de la ciudad con mayor daño ambiental en un crecimiento infinito.
La urbanización y el crecimiento urbano: La naturaleza humana
El ser humano es gregario por naturaleza, es decir, debe y tiene que vivir en sociedad de iguales para poder desarrollarse. Las necesidades de interacción de las personas con sus semejantes los hace agruparse en grupos.
La generación de excedentes, hace que el ser humano se asegure de ocupar los espacios en los que pueda desarrollarse más eficientemente. Así, el ser humano busca asociarse en grupos con características comunes, estas condiciones pueden ser sociales, económicas, genéticas, sexuales o étnicas.
En este sentido, en las ciudades se crean guetos o zonas de demarcada estandarización. En las ciudades más grandes, estos fenómenos son más complicados de establecer, aunque igualmente suceden. El intercambio de suministros y del comercio agrupa y establece los sitios que presentan más ventajas para las actividades humanas comunes. Estas agrupaciones pueden modificar el paisaje y ocupar territorios comunes.
Esto es un factor de crecimiento urbano con impactos económicos, políticos, religiosos, sociales y culturales.
Esta preferencia de espacios provoca el aumento de la demanda en estos espacios, lo que distorsiona aún más el crecimiento urbano y el paisaje de las ciudades. Esto se suma al crecimiento desorganizado de las ciudades que ocupa espacios inadecuados o con un mejor aprovechamiento para otras actividades.
El transporte y la movilidad es otro de los factores importantes en el crecimiento urbano. Las personas tratarán de ubicarse en aquellas zonas que impliquen un menor desplazamiento por razones económicas, logísticas y de comodidad.
Por lo tanto, las zonas industriales van creando círculos urbanísticos a su alrededor que poco a poco son signos inequívocos de crecimiento urbano.
La Smart City: La ciudad de crecimiento urbano organizado
Las Smart City o ciudades inteligentes son ciudades que aplican el crecimiento urbano en ejes de desarrollo que incluye tecnologías sustentables y amigables. En estas ciudades se aplican tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) con la meta de formar las estructuras que permitan:
- Desarrollo sostenible.
- Incremento de la calidad de vida de los ciudadanos.
- Mayor eficiencia del uso de los recursos disponibles.
- Participación ciudadana activa.
La Smart City es una necesidad humana que se ocupa y preocupa de mantener una armonía entre todos estos aspectos. Se estima que en 2050 un 85% de la población mundial viva en terrenos urbanos.
Esto hace que los núcleos urbanos tengan que afrontar un crecimiento urbano que trae problemas como;
- Abastecimiento energético.
- Emisiones de CO2.
- Tráfico automovilístico.
- Provisión de bienes y materias primas.
- Prestación de servicios sanitarios
- Seguridad a la población
Sistemas de desarrollo inteligente
El crecimiento urbano de la ciudad inteligente se basa en desarrollar los siguientes sistemas:
- Generación distribuida de energía con generación eléctrica repartida por el territorio, a través de un abastecimiento micro generado y no centralizado.
- Smart Grids o redes inteligentes interconectadas con circulación bidireccional de datos entre un centro de control y los usuarios.
- Smart Metering o medición inteligente de los datos de gasto energético de cada usuario mediante telecontadores con lecturas a distancia y en tiempo real.
- Smart Buildings, los edificios de las ciudades inteligentes se convierten en centros de producción y regulación de energía. Se planea que los edificios domóticos respetarán aún más el medioambiente por tener sistemas de eficiencia de energía integrados.
- Smart Sensors o sensores inteligentes que tienen la función de recopilar todos los datos necesarios para mantener la ciudad conectada e informada con cada subsistema.
- eMobility o masificación de vehículos eléctricos y sus respectivos puestos de recarga públicos y privados.
- Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) accesibles y eficientes en toda el área de crecimiento urbano.
- Smart Citizen, quizá la parte más importante, ciudadanos conscientes de su papel en el crecimiento urbano sostenible, sustentable y eficiente.
¿Las ciudades actuales pueden ser Smart Cities?
El concepto de Smart City en el desarrollo urbano no se centra únicamente en los nuevos proyectos de crecimiento urbano. Se centra además en la adecuación de las actuales ciudades en ciudades inteligentes.
Estos proyectos actuales están englobados dentro del tratado 20-20-20, lo que permitirá:
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 20%.
- Reducir el consumo de energía en un 20% mediante mejoras en la eficiencia energética.
- Que un 20% de la generación de electricidad sea con energías renovables.
Hoy en día estos proyectos de remodelación y adecuación de las nuevas tecnologías se están produciendo en grandes urbes como en pequeños municipios. Con ello se presume que las Smart Cities se conviertan en una realidad.
Proyectos actuales de Smart Cities España y Latinoamérica
Málaga (España)
Barcelona (España)
Búzios (Brasil)
Santiago de Chile (Chile)
En la capital chilena se están desarrollando una serie de sistemas para optimizar el crecimiento urbano y convertir a Santiago de Chile en una Smart City. Dentro de las soluciones para lograr este objetivo, están:
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- Transporte público eléctrico: autobuses y taxis.
- Instalación de una “electrolinera”.
- Instalación de medidores inteligentes con comunicación bidireccional.
- Tecnología solar para el calentamiento de agua.
- Sistema de generación fotovoltaica.
- Letreros de datos con mensajería variable en carreteras.
- Alumbrado público LED.
- Iluminación ornamental para áreas verdes.
- Wifi público de libre acceso y banda ancha para teléfonos móviles.
- Zaragoza (España)
- Gijón (España)
- Donostia (España)
- Vitoria (España)
- Bilbao (España)
- Madrid (España)
- Santander (España)
Montevideo (Uruguay)
Como una de las ciudades con menor crecimiento urbano de toda la región, Montevideo destaca por ser la ciudad con mayor calidad de vida de toda América Latina. Sobresale como uno de los mayores centros tecnológicos al tener varios programas en universidades que quieren impulsar la iniciativa empresarial.
Estos programas buscan que Uruguay se convierta en el mayor país exportador de software per cápita de toda Latinoamérica.
Medellín (Colombia)
La ciudad colombiana está considerada como una de las ciudades que más transformaciones ha tenido en el continente y con el desarrollo urbano más inteligente.
La infraestructura del metro y el metrocable es una de las más grandes apuestas para la integración de las comunidades más necesitadas con el resto de la ciudad. Esto convierte a Medellín en un ícono mundial para la inclusión y el tránsito inteligente.
Curitiba (Brasil)
La ciudad brasileña está considerada como la pionera en términos de planificación urbana y crecimiento urbano.
La introducción de nuevos modos de movilidad, especialmente en las soluciones para los sistemas de transporte público.
Buenos Aires (Argentina)
Para combatir el tráfico urbano se desarrolló un sistema propio de transporte masivo llamado Metrobús y una red de bicicletas.
Es la única ciudad que cuenta con un Ministerio dedicado exclusivamente a que la ciudad se convierta en inteligente, se llama ‘Ministerio de la Modernización’.
Bogotá (Colombia).
Esta ciudad es la pionera en la implementación de BRT (‘Bus Rapid Transit’, TransMilenio), uno de los sistemas de transporte público más extensos y utilizados del mundo.
También se destaca por ser la primera ciudad latinoamericana en implementar las ciclorutas y taxis eléctricos.
Ciudad de México.
Se trata de una de las ciudades que más promueve la creación de edificios verdes en el desarrollo urbano.
Destaca además por ser una de las primeras ciudades en implementar el sistema de bicicletas compartidas en la ciudad. Esto le lleva a la ciudad más de 4.000 bicicletas y el sistema de ‘CarShare’ o vehículos compartidos.