Entre todos los medios artísticos, el dibujo a lápiz destaca como uno de los más simples, pero más variados. Los artistas utilizan todo, desde lápices de grafito, carboncillos y pasteles, para capturar la respuesta emocional que desean evocar de sus espectadores. Al igual que con otros medios de comunicación, ninguna escuela de pensamiento ha predominado durante mucho tiempo, sin embargo, la gama de subgéneros disponibles en el dibujo a lápiz es asombrosa, desde caricatura y dibujos animados hasta garabatos puros y los diseños más complejos asociados con el arte comercial. En algún momento u otro, casi todos los grandes artistas han producido obras notables a lápiz, lo que subraya aún más su atractivo universal.
Historia del dibujo a lápiz
Los dibujos rupestres han estado presentes desde tiempos prehistóricos. Sin embargo, la mayoría de los historiadores del arte datan los primeros intentos definitivos de autoexpresión de los siglos XII y XIII, cuando los monjes prepararon ilustraciones elaboradas, copiadas de otros documentos, en manuscritos de vitela. Sin embargo, el dibujo a lápiz no se convirtió en una propuesta más seria hasta el siglo XIV, cuando el papel llegó a estar ampliamente disponible.
A partir de ese momento, casi todos los grandes artistas, desde Miguel Ángel hasta Rembrandt, van Gogh y Picasso, entre muchos otros, probaron algún tipo de dibujo a lápiz. En algunos casos, los cuadernos de bocetos del artista se han convertido en objeto de fervor de culto y de coleccionista, como lo demuestra la demanda de las obras en curso del artista contracultural Robert Crumb.
Los tipos de dibujo a lápiz
Los intentos de categorizar el dibujo a lápiz comienzan con dos categorías principales. Algunos artistas tienen un enfoque literal de los animales, escenas cotidianas, objetos y personas. Otros, como el caricaturista de la era del siglo XIX Thomas Nast, se distinguieron con un enfoque muy estilizado, conocido como caricatura o caricatura, para expresar un punto de vista político o social.
El dibujo a lápiz puede ser tan básico como garabatear, una imagen aproximada hecha a mano alzada, no pretende ser un trabajo terminado, o tan elaborado como el manga, la forma de arte japonés de cómics muy estilizados. Otras formas dan mayor importancia a la inmediatez, como el dibujo automático, que se centra en obtener una imagen en el papel lo más rápido posible, sin pensar demasiado en el resultado. Cómics alternativos o clandestinos que restan importancia a los superhéroes en favor de historias sobre personas reales.
Características del dibujo a lápiz
Cualquiera que sea el medio elegido, los artistas de lápiz utilizan varias técnicas clave para realizar su visión. El arte del contorno, o centrarse en las formas de las cosas y los espacios en blanco y negro, es particularmente importante, en el que el artista se esfuerza por bajar la forma sin levantar el lápiz.
El sombreado, o la capacidad de distinguir entre la luz y la sombra, es el siguiente bloque de construcción importante que el artista del lápiz debe dominar, principalmente mediante la manipulación de las marcas de borrado con un sello de fusión para lograr el equilibrio correcto. La tarea final implica la adición de líneas y texturas para brindar mayor definición y realismo. La manipulación de estas técnicas forma los elementos básicos de cualquier dibujo a lápiz, al tiempo que ayuda a distinguir el estilo de un artista de otro.
Consideraciones del dibujo a lápiz
La educación y la capacitación formal a menudo se mencionan como un beneficio obvio, pero muchos artistas de dibujo a lápiz han trabajado exitosamente sin ella, a menudo empezando por dibujar simples fotografías en blanco y negro, por ejemplo. Elegir imágenes con un componente de luz y sombra claramente definido se considera otra técnica útil para aprender los conceptos básicos de sombreado y composición.
Para el artista, el objetivo más importante de estos ejercicios es desarrollar un sentido innato de la composición, o, simplemente, la capacidad de ver lo que hay delante de ellos, en oposición a la representación pura, la preocupación dominante del arte comercial. por ejemplo.
Potencial del dibujo a lápiz
Dibujar en lápices puede ser uno de los ejercicios más gratificantes para cualquier artista, ya sea que una audiencia masiva llegue a ver los resultados. Trabajar a lápiz permite al artista concentrarse en capturar la esencia de cualquier imagen, utilizando herramientas simples para realizar el trabajo. Con el advenimiento de las imágenes por computadora, el artista del lápiz tiene una nueva y poderosa herramienta para ayudarlo a realizar su visión.
El interés en las técnicas multimedia, como el uso de ramas de árboles o depósitos de carbono del humo para poner imágenes en papel, también está creciendo, especialmente para los profesionales del arte externo o popular que no encajan en los géneros establecidos. Siempre que la necesidad de empujar el sobre siga siendo fuerte, el futuro del dibujo a lápiz parece saludable.