Los órdenes griegos describen el estilo de construcción. En la arquitectura clásica, cada orden es identificable por medio de sus proporciones y perfiles, así como por diversos detalles estéticos. El estilo de columna empleado sirve como un índice útil del estilo en sí mismo, por lo que identificar el orden de la columna, a su vez, ubicará el orden empleado en la estructura como un todo.
Los 3 órdenes griegos de la arquitectura
Orden dórico
El orden dórico es el más antiguo y robusto de los tres órdenes griegos. Su columna tiene una altura de cuatro a seis veces y media el diámetro del fuste en su extremo inferior y sostiene un entablamento (sistema estilizado de vigas y cabezas de viga) cuya altura es una cuarta parte la de la columna.
El fuste de la columna dórica descansa directamente, sin basa, sobre el estilóbato, y está surcado por 20 estrías o acanaladuras verticales, separadas por aristas vivas o filos agudos. El capitel, que carece de astrágalo, consiste simplemente en uno o varios filetes o anillos horizontales, un equino, más ancho por su terminación que por su arranque, y un ábaco cuadrado. Cada orden tiene su propio entablamento distintivo, el cual, en todo caso, consta de tres partes.
El del orden dórico está compuesto, de abajo arriba, de: (1) un arquitrabe muy grueso y de una sola banda; (2) un friso adornado con triglifos (cabezas de viga estilizadas) y metopas (espacios, a veces esculpidos, que median entre dos triglifos); y (3) una cornisa, remate o elemento terminal formado por varias molduras salientes.
El orden jónico
El orden jónico, más esbelto que el anterior, tiene una basa de la que arranca la columna, cuya altura (basa y capitel incluidos) equivale por lo común a unas nueve veces su diámetro inferior.
El fuste presenta 24 estrías, más profundas que las del dórico y separadas por filetes. El capitel, el elemento más distintivo del orden, lo forman un par de volutas, unidas en los frentes por un equino moldurado, con ovas y dardos esculpidos. El entablamento tiene una altura que, aproximadamente, equivale a un quinto de la altura de la columna. Consta de arquitrabe, comúnmente formado por una triple imposta lisa, un friso, a veces sin adorno alguno, pero frecuentemente esculpido con una serie continua de figuras, y la cornisa.
El orden corintio
El orden corintio es ligeramente más esbelto que el anterior y su columna tiene una altura equivalente a 10 veces el diámetro del extremo inferior del fuste. Arranca de una basa similar a la jónica y también presenta 24 estrías en su superficie. El capitel corintio es el más alto de los tres y consta de dos o tres bandas concéntricas de hojas de acanto salientes. El entablamento es similar al del orden jónico.
Los órdenes griegos fueron adoptados posteriormente por los romanos, quienes los utilizaron ampliamente como elementos decorativos; los principales cambios introducidos por los romanos consistieron en estilizar el orden dórico, transformándolo en el orden dórico toscano, añadiéndole una basa y eliminando las estrías del fuste. La otra variación importante fue la creación del orden compuesto, formado añadiendo las volutas jónicas encima de las hojas de acanto corintias.
Los romanos también introdujeron una adaptación decorativa de las columnas, combinando la columna con el muro, de manera que la media columna parece salir de la pared; es lo que se llama columna adosada o columna embebida. Además, desarrollaron el concepto de pilastra, que es una columna rectangular que sobresale ligeramente de la pared, siguiendo las proporciones y líneas del orden correspondiente. Ambos artificios permiten prolongar el ritmo de una columnata a lo largo de un paño de muro que, de otra forma, sería liso.