El movimiento arts and crafts es un movimiento de finales del siglo XIX y principios del XX, dirigido por artistas que querían revitalizar las artes decorativas volviendo a los ideales de la artesanía medieval.
En Reino Unido, las esperanzas de la década de 1870 se empezaron a evaporar hacia finales del siglo. La aparición de Alemania y Estados Unidos como rivales políticos y económicos, el fracaso de la guerra de los boers, la acelerada campaña por el sufragio de la mujer, y las continuas huelgas y disturbios obreros, habían empezado a socavar la confianza y la amabilidad de la sociedad inglesa. El abismo entre quienes clamaban por una sociedad socialista y quienes reclamaban una política imperial más dura estaba creando amargas tensiones.
En este contexto, apareció un movimiento que definía un territorio intermedio entre el socialismo y el capitalismo. Conocido como movimiento arts and crafts (artes y oficios), apelaba a la individualidad, la innovación y el buen gusto; pero esas tendencias iniciales fueron perfeccionándose hasta una posición social y filosófica que giraba en torno a la crítica de lo que para muchos era un vacío ético en la cultura mercantil británica.
La preocupación de las artes aplicadas no era el producto final ni la eficiencia, sino los procesos que configuraban el diseño. Tenía que haber una conexión íntima entre diseño y proceso productivo. Esta posición ejercería una influencia significativa en los racionalistas posteriores, como Henry Van de Velde, Hermann Muthesius, Adolf Loos y Walter Gropius.
Por lo general, los artistas de las artes aplicadas eran reacios a establecer conexiones con la industria, frustrados como estaban por lo que percibían como una tendencia hacia la mecanización. La perfección de acabado, simetría y precisión eran vistos con recelo en tanto representaban una negación del elemento humano. Sin embargo, el hecho de que el movimiento fuera crítico con el capitalismo y el industrialismo no implicaba que fuera favorable a los socialistas, quienes, por otra parte, no prestaban gran atención al movimiento de las artes aplicadas; sus armas eran los sindicatos, no los gremios de encuadernadores y fabricantes de muebles.
En realidad, las artes aplicadas atraían a la burguesía, a los intelectuales románticos, a los socialistas utópicos y a los estetas de clase alta, más que a la clase obrera. En este sentido, los ideales del movimiento eran, esencialmente, una prolongación de los ideales victorianos. Otra cosa fue el grado de entusiasmo y compromiso en la educación del gusto de la clase media. John Ruskin había intentado poner en funcionamiento una pequeña comunidad de gentes con un pensamiento similar al suyo en Sheffield, pero, aunque fracasó en esta aventura, consiguió crear un museo que contenía un conjunto de objetos cuidadosamente seleccionados y reunidos para la enseñanza de los trabajadores y niños locales. El conjunto contenía pinturas, esculturas, grabados, piezas fundidas y otros objetos.
El movimiento arts and crafts alcanzó bastante difusión en Bélgica, Francia, Alemania, Estados Unidos y ciertas colonias inglesas, en particular en India. Algunos defensores entusiastas del movimiento, como John Loskwood Kipling (padre del escritor Rudyard Kipling), viajaron a India para dedicarse ellos mismos a la causa de preservar y promover las artesanías indias. Kipling fundó un nuevo periódico sobre artesanías indias, e incluso comenzó una escuela para adiestrar a jóvenes artesanos.
Sin embargo, esos entusiastas de las arts and crafts tuvieron escasa influencia en la edificación real en India, comparado con la obra realizada por el Departamento de Obras Públicas de la India colonial.
William Morris y William R. Lethaby
Cuando William Morris (1834-1896) dio su primera conferencia pública en The Decorative Arts to the Trades Guild of Learning en 1877, ya era conocido como poeta y decorador. En ese año, algunas salas de exposición en Londres mostraban trabajos de su empresa The Firm. De ahí surgió la Arts and Crafts Exhibition Society (el origen del nombre del movimiento), lanzada en 1893 con una vigorosa campaña de publicaciones y exposiciones dedicada a las artes aplicadas. Louis Comfort Tiffany, famoso por sus lámparas, fue admirador de Morris, como también lo era Gustav Stickley, conocido por su mobiliario.
Para esos artistas, lo sencillo y lo lujoso no eran forzosamente antitéticos. Ambos partían de la idea del artesano como artista y de la creencia en el individualismo y en el compromiso individual. Este pensamiento estaba alejado del deísmo abstracto de la Ilustración; en su lugar, había un ethos de religiosidad, con fuerte propensión hacia la sencillez cristiana y el sosiego medieval. Morris, que había querido ser sacerdote, era tanto un medievalista como un socialista.
Entre los arquitectos más estrechamente relacionados con los arts and crafts cabe citar a William R. Lethaby (1857-1931), Charles Francis Annesley Voysey (1857-1941) y el estudio estadounidense Greene & Greene. Lethaby, cuya carrera empezó trabajando para Morris & Co., proyectó varias casas, pero su iglesia Brockhampton (1901-1902), en Herefordshire, está considerada como un importante ejemplo de arte arts and crafts. Sus modestas paredes de piedra arenisca roja están perforadas por varias ventanas pequeñas de distintos tamaños. La cubierta, muy inclinada, es de hormigón y está revestida con paja en el exterior, una combinación poco frecuente, pensada para proteger la estructura del edificio contra los incendios, pero sin comprometer el efecto general.
Voysey empezó su carrera como diseñador de artes aplicadas y papel pintado. Tras unos años como discípulo de otros arquitectos, empezó a ejercer en 1882, cuando fundó un estudio de arquitectura donde proyectó numerosas casas de campo para gente acomodada. Estos proyectos eran de naturaleza pintoresca y tosca, con amplias cubiertas muy inclinadas, altas chimeneas, ventanas alargadas y techos bajos.
No acostumbraba a utilizar mucha decoración superficial en fachada, y proyectaba las ventanas a partir de los requisitos funcionales: ventanas mayores en la sala de estar y el comedor y más pequeñas e íntimas en el piso superior. En Estados Unidos, los artesanos de los arts and crafts se centraron principalmente en Nueva Inglaterra y California.
El movimiento arts and crafts en california
El movimiento arts and crafts experimentó su transformación más vigorosa y su período de resonancia más dilatado en California. Allí se fusionó con motivos hispanomexicanos, así como con elementos del Mediterráneo italiano y del Oriente Próximo. Vinculado a ese desarrollo se encontraba un sistema de escuela pública muy comprometido con la enseñanza de las artes manuales y, en particular, con la creencia en el valor terapéutico de la unión entre cabeza y corazón a través de la artesanía. Bibliotecas locales organizaban clubes de bocetos y acogían exposiciones de la producción artesanal local.
Los elementos extraídos del paisaje y la flora local también tenían una presencia muy importante en las artes y artesanías de California. Ya fuera con representaciones de la amapola dorada, el Pinus torreyana, la secuoya o la sublime majestad del árbol de Yosemite, lo cierto es que los artistas del movimiento arts and crafts en California exaltaron las bellezas naturales de su Estado y se mantuvieron vinculados a la naturaleza mucho más íntimamente que sus equivalentes en Inglaterra y el noreste de Estados Unidos. Muchas de las casas aprovechaban las hermosas vistas y la vida al aire libre que les permitían sus entornos naturales.
Esas casas arts and crafts difuminaban la distinción entre espacios interiores y exteriores mediante el uso de plataformas, pérgolas, porches y terrazas. En ellas, el medievalismo estilo inglés dio paso a una estética del primitivismo, como el contenido en los relatos de Jack London (autor, entre otros, de La llamada de la selva, 1903), cuya casa en el valle de la Luna, en Sonoma, fue un ejemplo temprano de arquitectura doméstica en el movimiento Arts and Crafts: madera de secuoya, maderas con la corteza, grandes salas y chimeneas gigantes.
La casa Gamble
La casa Gamble, de Charles Sumner Greene y Henry Mather Greene (Pasadena, California, 1911), es un excelente ejemplo del uso de motivos japoneses. El camino de losas de piedras pasaderas a través del jardín, el muro de contención inclinado y el etéreo porche elevado son todos motivos de inspiración japonesa.
La casa se apoya sobre una amplia terraza que la rodea y extiende el espacio de la sala de estar hasta el jardín y el césped. Fue proyectada teniendo en cuenta los majestuosos eucaliptos existentes. Como era frecuente en el movimiento Arts and Crafts, pero más raro a esta escala, el mobiliario, los armarios empotrados, los artesonados y entablados de madera, las alfombras, lámparas y vidrios emplomados fueron íntegramente diseñados a medida por los arquitectos.
La planta está definida por un amplio vestíbulo y caja de escalera que divide el edificio en dos partes, con la sala de estar y el rincón de trabajo a un lado, y el comedor, la cocina y el cuarto de invitados al otro. Los dormitorios principales de la planta superior contaban con “porches dormitorio” en posición dominante sobre el jardín. A diferencia del estilo shingle, con cubiertas mucho más inclinadas, las cubiertas son muy planas y enfatizan la estratificación horizontal del espacio; sus amplios voladizos arrojan sombras acusadas.
En el interior, las potentes vigas de madera quedan vistas, aunque se pulieron para obtener la calidez amarillenta del material. Los techos son de color blanco liso, al estilo japonés, y resaltan contra el maderamen. Los toques art nouveau en las lámparas, vidrios emplomados y alfombras proporcionan un matiz de sofisticación urbana. La casa fue proyectada como un refugio para David y Mary Gamble, de Cincinnati (Ohio). David, un miembro de segunda generación de Procter & Gamble Company, se había jubilado en 1895.