Uno de los estilos de la era victoriana que se desarrolló durante esta época recibió el nombre de estilo reina Ana. Su conexión con el estilo reina Ana del siglo xviii no está muy clara, pero, hacia la década de 1870, las formas del bungalow básico se habían desarrollado en edificios más monumentales, con sus propios rasgos singulares, como hastiales en forma de frontón, ventanas de guillotina y bay windows, volúmenes pintorescos y, a veces, elementos graciosamente yuxtapuestos o combinados.
Uno de los arquitectos sobresalientes en el estilo reina Ana fue Norman Shaw (1831-1913). Nacido en Edimburgo, Shaw expresaba el ideal de esta búsqueda de un diseño interior de estilo más relajado. Sus casas estaban pensadas primordialmente para vivirlas, y no como un signo de ostentación social. El tamaño de las ventanas dependía de su función y ubicación.
Una casa estudio que proyectó en Kensington (1875-1877), el barrio residencial de moda en las afueras de Londres, lo mostraba muy claramente. La entrada, protegida por un balcón de la planta superior, conduce a un vestíbulo que, tras salvar unos pocos peldaños, conduce a la planta noble, donde se sitúan el comedor y las salas de estar. Los dormitorios y el estudio están en la planta superior, a la que se llega por una escalera que hace de bisagra para articular los diversos aspectos del programa.
El edificio es de ladrillo, con guarniciones blancas para las ventanas. En un detalle típico del estilo reina Ana, dos pequeñas ventanas iluminan el vestí bulo de entrada y, colgada directamente sobre ellas, una chimenea caldea el dormitorio superior. Dos ventanas muy estrechas enfatizan este volumen. Esos contrastes entre lo pesado y lo ligero son típicos de la obra de Shaw. Caben pocas dudas de que existe una conexión entre la obra de Shaw y la posterior de Adolf Loos, quien estaba muy familiarizado con la arquitectura inglesa.
Como ejemplo de una obra mayor de estilo reina Ana se puede citar los jardines Lowther (1877-1878) en Kensington, de John James Stevenson (1883-1934). Aunque por lo general se dedicó a casas de carácter especulativo, sus proyectos muestran cómo puede articularse un mismo tipo de planta para crear un conjunto variado mediante la disposición de los hastiales, la articulación de las chimeneas y el uso de balcones y bay windows para conectar varios elementos.
Hacia 1890, el estilo reina Ana ya había cumplido su misión, y los arquitectos que lo habían aplicado volvían hacia formas más clásicas o a buscar formas de expresión todavía más libres. El futuro pertenecía a estos últimos, como Charles Francis Annesley Voysey y Charles Rennie Mackintosh.