Planta de cruz latina

18/08/2021 · Actualizado: 19/07/2024

cruz latina

La planta de cruz latina es una de las formas de diseño más utilizadas en la arquitectura de iglesias, catedrales y basílicas en el mundo entero.

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La distribución de la nave, el retablo, púlpito, sagrario y los recintos destinados a los confesionarios, así como los asientos de los asistentes, sigue un patrón específico. Este diseño cruciforme, no sólo es una forma práctica de distribuir las actividades circunscritas a la práctica de la fe. Es usado como un poderoso símbolo del catolicismo en el mundo entero, en la cruz, se envuelve toda la filosofía de la iglesia.

Por lo tanto, construir las iglesias con planta de cruz latina, no solo conforma un estilo constructivo y arquitectónico sino un símbolo en sí mismo.

Los constructores de las iglesias, desde el período bizantino hasta el estilo modernista, siempre han dado a la iglesia un significado espacial diferente. Es en el estilo gótico cuando el edificio se transforma en un poderoso lenguaje cargado de simbolismo en cada rincón.

Pero es en la construcción más grandiosa, en la planta de cruz latina, cuando los arquitectos han querido demostrar un mensaje con más claridad.

Veamos entonces todo lo inherente a las iglesias con planta de cruz latina, su significado y el modo constructivo de ellas.

cruz latina
iglesias con planta de cruz latina
Índice
  1. ¿Qué es la planta de cruz latina?
  2. La Cruz Latina: hija de la Cruz Immissa
  3. La forma de la cruz immissa
  4. La cruz latina en la arquitectura
  5. Arquitectura de los primeros templos cristianos
  6. La planta de cruz latina: análisis arquitectónico
    1. Características de diseño
    2. Vitrales en iglesias de planta de cruz latina
    3. Algunas curiosidades de las iglesias de cruz latina
  7. Diferencias entre la planta de cruz latina y de cruz griega

¿Qué es la planta de cruz latina?

La cruz latina es también conocida como la cruz cristiana se trata de una “cruz Immissa”, la cruz que usaban los romanos para crucificar a los condenados a muerte. Esta cruz se conoce también como cruz capitata o cruz romana. 

Geométricamente, está formada por un palo principal y un travesaño que divide el árbol en la parte más alta. Esto se hace aproximadamente a tres cuartas partes de su altura y con ello se logra que la parte dividida tenga aproximadamente el tamaño del brazo.

Este tipo de cruz es el más conocido en todo el mundo occidental y es el símbolo internacional de la religión cristiana. Su diseño, pese a parecer bastante simple, es una evolución de la cruz Immissa, la cruz usada por los romanos para los actos de crucifixión.

Si entendemos a la cruz latina como la cruz cristiana y la tomamos como el símbolo del cristianismo, pensaríamos que fue inventado por los primeros cristianos.

Sin embargo, esta forma fue solo adaptada por los cristianos, pues es una forma de hacer una cruz muy antigua y quizá sin un autor definido.

De esta forma, es muy difícil darle un origen a la cruz latina, ya que existía mucho antes del nacimiento del cristianismo entre los siglos I y II de la nueva era.

En este sentido, para hablar sobre la historia de la cruz latina o cruz cristiana tenemos que conocer la historia de la cruz Immissa. 

Paradójicamente, un instrumento de muerte y de tortura que por encima de ser repudiado por los cristianos, es objeto de su veneración.

Los teólogos, dan explicación a este hecho pues los cristianos no creen que la vida de Jesús haya acabado en la cruz sino que ahí comenzó.

Al morir en la cruz y luego resucitar, Jesucristo comenzó su vida como máximo líder del cristianismo y la representación de Dios en la tierra.

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La Cruz Latina: hija de la Cruz Immissa

La cruz Immissa era una herramienta de crucifixión una técnica de tortura y pena capital que daban los romanos a los trasgresores de la ley.

En estas cruces, los romanos colgaban vivos a los reos atados de pies y manos de forma que el peso del cuerpo se desprendiera por gravedad. Los reos morían de una forma muy dolorosa y lenta, ya que la mayoría de las muertes eran por asfixia. En algunos casos morían por insolación, inanición o por el ataque de animales de rapiña. 

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Era la pena capital más ejemplarizante que tenían los romanos y por lo general eran usados como medio de acallar rebeliones en zonas en conflicto.

Durante más de 3 siglos los romanos perfeccionaron las técnicas de crucifixión mediante avances en el diseño de la cruz immissa.

La cruz immissa que conocemos es una evolución de la cruz de commisa. Esta era una cruz en forma de T como la de Tau, los romanos mejoraron sus cruces desde la cruz simplex.

La cruz simplex era un poste compuesto por un único pedestal que se sembraba en el suelo y al que amarraban el reo.

Esto comenzaba a dar problemas a los romanos pues el movimiento del condenado o la ineficiencia del empalador, a veces hacía que el poste cayera y el reo escapara.

Debemos recordar que el objetivo de la crucifixión era dar un ejemplo para todos aquellos que atentaban contra la pax romana. Se disponían las cruces en las entradas de los pueblos y se dice que todos los caminos desde y hacia Roma estaban plagados de cruces.

Con el travesaño horizontal lograban una mayor estabilidad en la cruz y así que el martirio del reo fuera más lento, doloroso y duradero.

La forma de la cruz immissa

La evolución de la nueva cruz immissa y gracias a su forma, le dio a los romanos una forma que creaba una cúspide y en ella se podía colocar el “titulus“. El “titulus” era una tablilla de madera en la que los romanos escribían el nombre y el delito cometido por el crucificado.

Este simple hecho era muy importante para los romanos, pues daba un mayor acento a la exposición del reo y la forma tortuosa en la que moría lentamente.

En ello, atemorizaban a posibles rebeldes, pues dentro del derecho romano, la conspiración contra la estabilidad del imperio era el delito más grave. Aún incluso que el homicidio, la violación o el robo. 

Es por ello que a Jesús de Nazaret le crucificaron en la entrada de Jerusalén, como un medio de propaganda que les resultó eficiente por más de 10 siglos. A partir de este momento, los cristianos adoptaron la cruz immissa como símbolo de su fe.

Una cruz que consistía en un mástil principal y un travesaño a tres cuartos de su altura, fue el símbolo de la fe en la resurrección de Cristo y una forma de rebeldía incipiente. El cristianismo fue criminalizado por los romanos hasta Constantino en el siglo III después de la muerte de Jesús.

Así, la cruz era un símbolo que se podía armar en cualquier lugar con tan solo dos palos y del que no necesitaban llevar muestras evidentes de su fe. Por lo tanto, la practicidad ante el peligro de sufrir martirios fue también una de las razones de escoger la cruz latina como signo.

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La cruz latina en la arquitectura

A partir del año 328 de la era cristiana, el cristianismo fue declarado como la religión oficial del Imperio Romano por el emperador Teodosio. Hasta ese entonces el cristianismo había vivido una tolerancia por parte del emperador Constantino, el primer emperador romano converso al cristianismo.

Sin embargo, los 3 siglos anteriores fueron los peores de la era cristiana. Los cristianos eran considerados sediciosos por parte de las autoridades romanas y sus miembros eran sujetos de las más aberrantes vejaciones.

Torturas, crucifixiones y muerte a manos de bestias salvajes en espectáculos públicos, era el destino de cualquier cristiano capturado por los romanos.

Pero, al momento de ser declarada como la religión del imperio, la historia para el cristianismo cambió radicalmente. Todos los inagotables recursos del imperio romano se dedicaron a la construcción de templos que masificaron la nueva fe imperial.

En cada ciudad romana, se autorizó la construcción de templos de devoción a Jesús y así, el cristianismo logró un crecimiento casi exponencial.

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Arquitectura de los primeros templos cristianos

El Liber pontificalis, el libro que recoge la vida de todos los papas de la iglesia católica desde Pedro, da fe de la construcción de los primeros templos.

En este libro, se atribuye a la protección de Constantino, la construcción en Roma de una serie de templos dedicados a la devoción cristiana.

El primero y más antiguo de estos templos es el de San Juan de Letrán, un templo que se construyó junto al palacio de Constantino, la sede del gobierno romano.

Este templo fue seguido de:

  • La basílica de San Pedro en Roma
  • La basílica de la Santa Cruz en el palacio Sessoriano 
  • La basílica de los Santos Pedro y Marcelino en la Vía Labicana
  • La basílica de Santa Inés en la Vía Nomentana, hoy iglesia de Santa Constanza.
  • La iglesia de la Natividad de Belén
  • El templo del Santo Sepulcro 
  • La iglesia de los Apóstoles en Constantinopla
  • La iglesia del Salvador, la iglesia de las Vírgenes, la de los Apóstoles, los Santos Mártires en Milán

Todos estos templos promovidos por el imperio, comenzaron como una forma de expansión del cristianismo que partió de Roma y llegó hasta la Tierra Santa. Una de las características principales de estos templos, es que tenían una planta circular o cuadrada, muy diferente a la planta de cruz latina de la iglesia medieval.

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La planta de cruz latina: análisis arquitectónico

El diseño de edificios con una forma de planta de cruz latina corresponden a la arquitectura usada mayormente en las iglesias. En éstas, la nave mayor tiene más longitud que el transepto o brazo menor y en el eje mayor de la planta se alinean:

  • El pórtico principal 
  • El atrio
  • El altar mayor 
  • El ábside.

La planta de cruz latina es muy usual en las iglesias cristianas de base latina, es decir aquellas heredadas del imperio romano de occidente.

Las iglesias cristianas derivadas de la división imperial y con base en Constantinopla (Hoy Estambul) utilizan una planta de cruz griega. Aunque parecieran similares, la forma de la planta y el desarrollo de las actividades al interior es totalmente diferente.

El estilo de diseño de planta de cruz latina se inició en las iglesias monásticas de los primeros monjes benedictinos medievales y en las iglesias de peregrinación del período románico.

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Características de diseño

El brazo mayor de la planta y el brazo menor, se unen en una zona que se denomina crucero. Esta suele ser la parte en la que se ubican el altar mayor, el sagrario y el retablo de las iglesias.

La forma de la cubierta de estos cruceros puede ser muy variada, desde distintos tipos de cruces  abovedadas como bóveda de arista o bóveda de crucería, cúpulas, arcos, cimborrio y capiteles.

Muchas veces, estas se pueden proyectar hacia el exterior mediante distintos tipos de tejados, torres, capiteles o arcos.

El brazo mayor de las iglesias se divide en varias naves. Estas naves se desarrollan por lo general en números impares y se destacan la nave central como nave mayor. A ambos lados de esta nave central quedan las naves laterales, que por lo general tienen menor altura, lo que da desde dentro una sensación de mayor cobijo. 

Al mismo tiempo, le dan una mayor significación al crucero, la zona de elevación espiritual más grande y la zona central del rito religioso, la misa.

Las naves laterales pueden prolongarse hasta más allá del crucero y así rodean por detrás al altar mayor. En arquitectura, esto se conoce como deambulatorio, los muros de la iglesia pueden articularse levantando las capillas laterales. 

En el caso de la cabecera de la iglesia de planta de cruz latina, esta puede tener un ábside semicircular. Este ábside se cubre con una media cúpula, la cual se llama exedra.

Al mismo tiempo, esta exedra completarse con absidiolos adosados al propio ábside o al brazo menor.

La alineación astronómica de la planta de cruz latina se diseña para que coincida con la cabecera o ábside al este y al oeste con los pies o pórticos.

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Vitrales en iglesias de planta de cruz latina

El efecto de alineación entre la cabecera y el ábside de la planta permite juegos de luces o efectos de iluminación hacia el interior de la iglesia.

La iluminación se destaca a través de intrincados sistemas de ventanales que pueden diseñarse en vitrales, ventanales, óculos o rosetones.

El juego de luces al interior dan una atmósfera sombría y ceremonial a toda la iglesia, haciendo hincapié en la decoración interior.

Durante el período gótico, la estructura de los muros y la inclusión de contrafuertes, permitió hacer muros más delgados y a su vez, más altos.

Esto, a su vez, permitió que se sustituyeran muchos materiales de construcción y se permitiera la construcción de enormes vitrales.

Estos vitrales se diseñaron en múltiples colores con símbolos cristianos, representaciones de la vida de Jesús, de los santos o de la iglesia. La luz hacia el interior daba a la planta de cruz latina aún más magnificencia y rutilancia.

Esta moda, permeó en todas las construcciones religiosas y aún hoy se mantiene el uso de vitrales elaborados en la mayoría de las iglesias del mundo entero.

Algunas curiosidades de las iglesias de cruz latina

Las iglesias de planta de cruz latina se hacían por maestros canteros, es decir, albañiles y artesanos que tallaban a mano las piedras que iban a ser colocadas en los muros de la iglesia.

Estos artesanos cobraban por piedra tallada y es por esta razón que cada bloque llevaba una marca personal a modo de firma. Este signo marcaba el autor de cada talla y así poder cobrar según la cantidad de piedras labradas. 

Además las piedras llevaban las marcas que indicaban la posición en que debían colocarse en el muro.

Otra curiosidad es que todas las obras se hacían desde marzo hasta noviembre, es decir desde el inicio de la primavera hasta finales del otoño. En el invierno se detenía la construcción, pues las heladas hacían imposible la producción de argamasa. 

Así que cuando vemos el tiempo de construcción de las iglesias de planta de cruz latina, debemos considerar estos dos detalles tan importantes. 

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Diferencias entre la planta de cruz latina y de cruz griega

Como hemos visto, la elección del tipo de planta es más una tendencia arquitectónica. Representa toda la ejecución de los ritos religiosos y la concepción de la iglesia como fenómeno social.

Después del año 328 la religión cristiana se erigió como la religión oficial del imperio romano. A la caída de este, se dividió en dos: El imperio romano de oriente con sede en Constantinopla y el de occidente con sede en Roma.

En la concepción romana, iglesia y estado eran dos instituciones indivisibles, por lo que como era lógico, ambos imperios tuvieron su propio desarrollo espiritual.

El imperio occidental se desarrolló en lo que conocemos hoy como la iglesia católica apostólica y romana con sede en el Vaticano, geográficamente, en Roma.

El imperio oriental desarrolló lo que se conoce como la iglesia cristiana ortodoxa. Aunque hoy en día hay diversas representaciones en la iglesia griega, armenia, rusa y otras, en un principio tenía su sede en lo que hoy es Estambul, en Turquía.

Esta iglesia, aunque tiene los mismos preceptos, se ejerce de modos muy distintos y con pequeños detalles como la arquitectura de sus iglesias.

La iglesia de cruz griega es propia de la iglesia ortodoxa, la cruz griega es también una Cruz Immissa.

Se denomina como Crux Quadrata y es una cruz que está compuesta por dos brazos de igual longitud y con cruce en el centro de ambos ejes.

Estos brazos se cortan perpendicularmente por sus puntos medios y se puede reconocer por su utilización en la arquitectura sobre todo en la bizantina.

En el diseño de las iglesias bizantinas se conoce como planta de cruz. En estas plantas, el transepto y la nave tienen la misma longitud y se intersecan en el punto medio.

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