El ábaco en la arquitectura se refiere al elemento a modo de tablilla o tablero que se coloca en la parte superior del capitel de una columna donde soporta el arquitrabe o desde donde se arquea. Este elemento es generalmente plano y más ancho que el capital porque su función principal es soportar el peso ejercido por el elemento superior.
Este elemento suele ser plano y más amplio que el capitel, ya que su función principal es servir de base para el peso del elemento superior.
En la arquitectura de la Antigüedad Clásica (griega y romana) la forma de este elemento varía en función del orden arquitectónico en el que se inscribe.
Orden dórico, el ábaco es siempre una placa gruesa de planta rectangular y caras planas (paralelas al fuste de la columna).
En el tipo de capitel derivado del orden dórico, el toscano, ya es posible modular en los bordes (ligera curvatura).
Orden jónico, el ábaco adquiere una forma más sutil con el borde inferior modelado, y puede ser revestido con elementos decorativos.
En el orden corintio el ábaco presenta una planta cuadrangular con los lados cóncavos y modulaciones en los bordes con bordes redondeados.
El ábaco en la antigüedad clásica
En la arquitectura de la Antigüedad Clásica (griega y romana) la forma de este elemento varía en función del orden arquitectónico en el que se inscribe.
Ya en el orden dórico vemos que el ábaco es siempre una placa gruesa de planta rectangular y caras planas (paralelas al fuste de la columna). En columnas proto-dóricas (anteriores) el ábaco llega incluso a sustituir por completo el capitel.
Así mismo, en el tipo de capitel derivado del orden dórico, el toscano, ya son posibles modulaciones en los bordes (ligera curvatura). En el capitel dórico con equino decorado, presente en época romana, los lados del ábaco también pueden recibir decoración.
En el orden Jónico (imagen central del lado izquierdo) el ábaco adquiere una forma más sutil con el borde inferior modelado, y puede ser revestido con elementos decorativos. Conserva inicialmente una planta rectangular debido al aumento de la anchura del capitel. En capiteles posteriores la placa reduce en espesor, pero permanece rectangular, excepto cuando existen volutas dispuestas en ángulo, donde el ábaco se vuelve ligeramente curvo en planta.
Pasando al ahora al orden corintio, vemos que el ábaco presenta una planta cuadrangular con los lados cóncavos y modulaciones en los bordes con bordes redondeados (aunque se encuentran también ejemplos con aristas vivas). En cada una de las cuatro caras laterales se coloca en el centro un elemento circular decorativo, la flor del ábaco.
A si mismo vemos como en el orden compuesto las volutas del capitel Jónico se superponen con un ábaco corintio. En general, el revivalismo del orden clásico se caracteriza por un ábaco con las esquinas biseladas, presentando una ligera convexidad en las caras.
En la Edad Media
Mediante la introducción constante del arco en la arquitectura en la Edad Media, el ábaco se convierte de nuevo en un elemento robusto de apoyo, pudiendo incluso fusionarse con el elemento que hace la separación entre el final de la columna y el inicio del arco, la impuesta. En la arquitectura paleocristiana y bizantina, el ábaco se sustituye a menudo por este elemento, y también es posible que durante la Edad Media el ábaco se omita sin ningún elemento sustitutivo.
Así mismo, en la arquitectura románica el ábaco sobrevive como una placa visualmente pesada, de caras lisas, en forma de tronco de pirámide invertida, o con bordes modulados y decorados, estilo que se evidenciará sobre todo en Francia del siglo XII.
En la arquitectura gótica la forma del ábaco varía dependiendo de la forma de la bóveda que crece a partir de él. En el gótico inglés se introduce un ábaco circular de perfiles modulados, asemejándose a varios cilindros planos superpuestos, que se traducen en un contraste marcado entre volumen y cavidad. El ábaco se transforma, en los siglos XIV y XV, y después de perder progresivamente importancia, en un elemento poligonal (octogonal) compuesto por finos perfiles.
A partir del Renacimiento se reavivan las órdenes arquitectónicas de la Antigüedad Clásica, surgiendo el compuesto, con un ábaco más o menos complejo según el estilo. En la actualidad, el ábaco suele suprimirse.