El urbanismo sostenible se basa en planificar y diseñar las ciudades teniendo en cuenta las formas más ecológicas y sostenibles de hacerlo. La característica principal es la de proporcionar recursos urbanísticos que cumplan con el funcionamiento de la ciudad, pero al mismo tiempo teniendo en cuenta el cuidado del medio ambiente, como por ejemplo el tratamiento del agua, de la energía, y cómo utilizar los recursos naturales, creando ciudades más sostenibles, y menos invasivas.
El urbanismo sostenible tiene tres bases o características fundamentales:
- Sostenibilidad Ambiental
Al planificar la urbanización de una ciudad es muy importante que se ocasione el menor impacto en el medio ambiente. Se toma en consideración a todos los elementos que lo integran. En este sentido, algunos de los puntos a tener en cuenta sería obtener el menor consumo de energía posible y poder controlar al máximo las emisiones y los residuos generados.
- Sostenibilidad Económica
Todo proyecto de urbanismo debe ser planificado sobre la base de una construcción que sea eficiente en cuanto al costo de producción. Se busca también que los clientes logren ahorrar costos en comparación a proyectos tradicionales.
- Sostenibilidad Social
El proyecto debe cubrir las necesidades sociales de los residentes y de su entorno, mejorando su calidad de vida.
Características del urbanismo sostenible
- El 100% de la energía debe provenir de fuentes renovables.
- Sistemas integrados de reciclaje de agua y deshechos.
- Espacios verdes amplios, que estén integrados al desarrollo comercial, industrial y residencial.
- Transporte público masivo e integrado que les permita a los ciudadanos poder desplazarse por toda la ciudad en diferentes medios.
- Edificios verdes, inteligentes que minimicen el uso de recursos.
Ciudades que aplican el Urbanismo Sostenible
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Copenhague
Una de las principales iniciativas tomadas en la ciudad para iniciar el camino hacia un urbanismo completamente sostenible, fue fomentar el empleo del transporte público y la bicicleta, para reducir el uso de los automóviles. De esta forma se logró reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 83%.
Otra de las innovaciones de la ciudad danesa fue la apertura de La Planta de Tratamiento Amager (Amager Resource Center): Se trata de un edificio diseñado por el grupo BIG Architects finalizado en 2017. Este edificio no funciona únicamente como una planta de conversión de desechos en energía, sino que también es accesible al público. La nueva planta fue pensada como un edificio público, que integra las últimas tecnologías de tratamiento de residuos y producción de energía. En esta planta sólo se trabaja con residuos compatibles con el medio ambiente y su chimenea emite vapor de agua en lugar de residuos perjudiciales para la salud y el entorno ambiental. Esta central eléctrica, se basa en recibir desechos y convertirlos en energía, que será devuelta a la ciudad. Este mecanismo recibir-dar se puede observar, por un lado, en el funcionamiento de los hornos, el vapor y las turbinas, que convierten 440.000 toneladas de desechos anuales en suficiente energía limpia para suministrar electricidad y calefacción urbana a 150.000 hogares. Y, por el otro, el edificio se beneficia con el uso y la ubicación de estas máquinas que permiten generar un techo verde de unos 10.000 m2 con una variada topografía estilo montaña. Regenerando así, la biodiversidad del paisaje, absorbiendo el calor, removiendo partículas del aire y minimizando las aguas pluviales.
Otra de las medidas sustentables de la ciudad europea es la gestión sustentable del agua. El flujo se conduce por circuitos de desagüe diferenciados según su origen, y el agua que se libera a los canales es filtrada previamente en las plantas depuradoras. Esto permitió que el puerto fuera un lugar para bañarse, y que se construyeran cuatro piscinas públicas junto a la ribera del Canal Central para poder nadar.
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Auckland
Esta ciudad de Nueva Zelanda tenía un problema con los vertederos, ya que la mayoría de ellos emiten gas metano que acababa siendo responsable del 10% de sus emisiones. Además, la basura doméstica generaba un 20% del total de desperdicios de la ciudad y estaba compuesta de desechos orgánicos y de jardín. Para solucionarlo, la ciudad creó el Plan de Gestión y Minimización de Residuos en 2014. Este proyecto, entre otras cosas, incitaba a que los habitantes de la ciudad depositaran su basura directamente en el contenedor, en lugar de utilizar bolsas plásticas. Esto reduce el consumo de bolsas y facilita el reciclaje posterior. La ciudad ya ha cumplido el objetivo de reducir en un 30% sus emisiones y los ciudadanos son más conscientes del coste económico de la contaminación.
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Múnich
En 2013, Múnich se consagró como una ciudad que hace uso de las energías verdes. Es decir, de la energía que se obtiene de fuentes naturales inagotables, ya sea por la inmensa cantidad de energía que contienen, o porque son capaces de regenerarse por medios naturales. Entre ellas se cuentan la eólica, geotérmica, hidroeléctrica, mareomotriz, solar, undimotriz, la biomasa y los biocombustibles.
Con la ayuda de la empresa de energía municipal, Stadtwerke München (SWM), Múnich impulsó la producción de energías renovables en la generación y calefacción. El objetivo de SWM era producir la mayor cantidad de electricidad verde para alimentar toda la ciudad. Los proyectos en Múnich y sus alrededores son prioridad para SWM. La compañía actualmente opera 24 plantas fotovoltaicas, 13 de energía hidroeléctrica, una planta de procesamiento de biogás, cinco plantas geotérmicas (dos de las cuales se utilizan solo para generar calor) y una planta eólica.
Edificios Representativos
- The Edge, Amsterdam
The Edge es un edificio de oficinas, que se expone hacia la ciudad con su atrio de 15 pisos. Este atrio funciona como una ventana entre el espacio laboral y el espacio exterior de la ciudad. Lo interesante es que, además, tiene la función de amortiguar el medio ambiente, reduciendo el consumo de energía. Otro componente sostenible es que presenta paneles solares que generan más electricidad de la que el edificio necesita para funcionar. Su iluminación se basa en paneles LED de bajo consumo.
- Bullit Center, Seattle
Bullitt Center es un edificio de oficinas, ubicado en la ciudad de Seattle. Fue la primera construcción en cumplir con los rigurosos requisitos de la certificación del Living Building Challenge (LBC), ya que está diseñada siguiendo un consumo de agua y energía igual a cero, y generación de residuos igualmente nula. La certificación LBC evalúa el proyecto en siete áreas o categorías, incluyendo lugar, agua, energía, salud, materiales, equidad y belleza, más la comprobación del desempeño del edificio durante un año de operación. Los criterios e indicadores cuantitativos de alto rendimiento guiaron cada decisión de carácter arquitectónico, estructural y constructivo, teniendo como objetivo no sólo un consumo e impacto cero, sino también la creación de un lugar de trabajo estéticamente atractivo, saludable y conectado con su entorno.